Pensamiento
21. A propósito de las pensiones, 2
Ante a reacción “popular” a las declaraciones del señor
Linde (pensamiento anterior), el
presidente del gobierno y el ministro de Hacienda pretendieron zanjar la
cuestión asegurando que el sistema público de pensiones está “garantizado por
el Estado”. Y poco después, en la Conferencia Política del PP, el presidente
sacó pecho acerca de lo que su gobierno está haciendo en esta materia.
Esta autoafirmación
del presidente y del ministro refuerza la mentalidad primitiva evidenciada en
el pensamiento anterior:
1. En lugar de dar un paso en la dirección deseable -la
racionalidad propia de una sociedad dinámica y moderna-, se autoproclaman como
los dioses protectores que velan por la sociedad y resuelven sus problemas: el Estado -léase nosotros, los gobernantes
actuales- garantiza las pensiones.
2.
Apenas
aluden al núcleo de la preocupación popular: la incapacidad previsible de las
pensiones públicas para asegurar el nivel de bienestar deseado. Esa parte de la realidad es molesta y por
lo tanto se ignora. E ignorar la realidad forma parte del esquema de
pensamiento/acción primitivos.
3. Eluden la responsabilidad que cada persona tiene de
afrontar su propia vejez y de prepararse activamente para ella. Consideran a las personas como unos seres pasivos dependientes del Estado,
o sea, de ellos: regreso al totalitarismo.
4. Sí dicen que, para que el Estado pueda garantizar las
pensiones, es necesario más capacidad económica, más empleo y más pago de
impuestos. Pero ignoran al sujeto
principal del que depende la creación de la riqueza con la que se podrán pagar
las pensiones en uno u otro nivel, la empresa. Es en ésta, la que crea la
riqueza, y no en el gobierno, el gastador, donde hay que poner el foco
principal para que los españoles dispongan del nivel de pensiones al que aspiran.
La cuestión que importa hoy no es si el
Estado garantiza el sistema público de pensiones, faltaría más, sino otra
doble:
- ¿Son capaces nuestras empresas de crear la riqueza suficiente
para que los ciudadanos tengan el nivel de pensiones al que aspiran?
- ¿Tienen nuestra sociedad y sus ciudadanos la madurez
suficiente para ocuparse activamente, en el marco de un pensamiento moderno y
racional, de que su vejez se desarrolle dentro de los niveles de bienestar que
desean?
He aquí dos retos importantes para los
políticos.
Nota:
al avisado lector no se le escapará que los razonamientos y mecanismos mentales
expuestos en este pensamiento y el precedente no son privativos de España. Los
griegos en su actual crisis los utilizan con profusión.
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