viernes, 15 de abril de 2016

Hola.
Mi buen amigo Juan Mari Uzkudun, un hombre sabio, en su día gran directivo del grupo Mondragón y hoy ya de mi edad... y condición, me envía ese brillante comentario al último pensamiento. Merece la pena su lectura. Además es breve.

Kaixo Javier: Una vez más encuentro clarividente tu pensamiento. Creo que este tema está en la base de la deriva negativa del sistema actual.
Añadiría, siguiendo lo que nos descubriste en aquél otro libro tuyo, sobre el poder-“ la subjetividad en la organización”-, que gran parte del miedo del directivo es el temor a compartir el poder. En la visión imperante el poder es exclusivo de la propiedad y de sus delegados. El directivo sabe que compartir poder es “perder” su exclusividad. Y eso está, según esa visión miope, contra el orden necesario, contra el sistema, contra las bases de nuestra civilización. Y “hasta ahí podríamos llegar”…..
Mirándolo desde otro enfoque: trabajas duro; eres responsable; te desarrollas; te comprometes; llegas a directivo porque te nombra la propiedad, y entonces…..cuando tocas poder, tienes que compartirlo. Es exigente, demasiado exigente. Porque reconocer al otro, integrarlo, supone compartir, siquiera en una pequeña parte, el poder. Y eso exige demasiado. Hay demasiados contrarios. La gran mayoría.
Hoy se puede decir que todos los directivos sabemos que el modelo actual no funciona, pero cambiar el carril es mucho pedir. Preferimos continuar por la senda cómoda que va a ninguna parte.
El miedo al otro es el miedo a compartir poder; supone seguir en los esquemas que se aceptaban del poder político absoluto antes de la democracia.

Ondo izan. Juanmari

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