viernes, 10 de julio de 2015

Pensamiento 11. A propósito del talento, 3
Hay otros dos puntos en los que el espejo de Masterchef devuelve una imagen penosa de nuestros directivos.
1.   Por una parte hacen planes, a veces caros y sofisticados, de “atracción y desarrollo del talento”, y por otra ignoran (de nuevo en el doble sentido de la palabra: desconocer y despreciar) el talento que ya existe en la empresa: lo condenan a permanecer oculto, como habría permanecido el de los triunfadores y participantes en Masterchef de no haber sido rescatado por este programa.
2.   Confían a las personas unos niveles de responsabilidad muy por debajo de sus capacidades, con lo cual las están condenando a no poder aportar todo el valor de que son capaces y por lo tanto a estar escasamente retribuidas.
3.   Como consecuencia tenemos que, de media, el valor que aporta cada persona en el trabajo está en torno al 60 % de lo que es capaz de aportar. Y en torno al 65 % del salario que percibía antes de los traumáticos ajustes vía denominador a lo largo de la crisis.
Son los consejeros y directivos de nuestras empresas, con sus políticas de RRHH, los que a) han conducido a la situación en la que el trabajo vale menos que el salario que se paga por él, b) se ignora el talento existente, y c) se condena a las personas a aportar poco y a estar mal pagadas. Y son ellos mismos los que aplican como “solución” el despido de los empleados que ellos han convertido en “caros”: recuérdese el pensamiento anterior.

Conclusión: también en el mundo de la empresa algo está fallando estrepitosamente respecto al talento.

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