viernes, 3 de julio de 2015

Pensamiento 8
Hace como un mes murió John Forbes Nash, el gran matemático que inspiró la película Una mente maravillosa. En su famoso equilibrio de Nash queda claro que el beneficio individual sólo es sostenible en la medida en que, además, se logre el beneficio común.
Parece que muchas empresas, y nuestros gobernantes, no quieren enterarse de este principio: han pretendido salir de la crisis buscando el interés de “la empresa”, a la que erróneamente identifican con los accionistas, o con la dirección, a costa de los empleados. Más aún, procuran la máxima asimetría entre unos y otros en cuanto a sus posibilidades de definir sus propias estrategias.
Ninguna empresa -ni ninguna sociedad- puede aspirar a que sus resultados sean sostenibles en el tiempo si sólo piensa en el interés de una de las partes.

¿Por qué ensalzamos a algunos grandes hombres y luego ignoramos sus hallazgos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario