Pensamiento 15. Sobre los despidos, 2
Se acepta con
naturalidad que, frente a un grave problema en la relación ingresos/costes
capaz de poner en peligro el futuro de la empresa, se recurra a los despidos:
se amputa una parte para salvar al resto. Un razonamiento muy superficial.
Si se presentan las
situaciones que “justifican” el recurso a los despidos es porque antes no se ha
hecho bien el trabajo: porque la capacidad de respuesta de la empresa no está a
la altura de las exigencias y cambios del entorno, o porque la calidad de la
gestión es/ha sido deficiente, o porque se ha consentido que el valor de la retribución
supere al de la aportación de los empleados en el trabajo, o porque…
Es en todo esto
donde hay que poner el foco antes de despedir a nadie: en resolver las causas
de los problemas de fondo en lugar de ir a remolque de las consecuencias, en crear
futuro en lugar de soportarlo, en lograr una alta aportación de valor de los
empleados en lugar de desprenderse de ellos como de un kleenex usado.
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