domingo, 26 de julio de 2015

Pensamiento 18. Sobre los despidos, 5. Conclusiones
1ª.  Si son tantas las empresas que despiden, habrá que pensar que el problema va más allá de cada una de ellas: que todas participan de elementos comunes que dan lugar a comportamientos comunes.
2ª. Estos elementos comunes son los criterios y bases conceptuales en que se apoya la actuación de las empresas. En el libro La creación de riqueza en la empresa española los he llamado “dogmas” porque carecen de justificación racional y nadie osa cuestionarlos. Irán desfilando por estos pensamientos.
3ª. Si queremos evitar nuevas oleadas de despidos, es necesario que nos enfrentemos con inteligencia y valentía a estos dogmas de aceptación universal y efectos calamitosos. El mal es profundo. El cambio para superarlo debe serlo igualmente y llegar hasta las raíces.
. Un cambio “lampedusiano” (cambiar lo necesario para que todo siga igual) ya no conducirá a que todo siga igual. En política ya ha sucedido con la irrupción de nuevas formaciones consideradas peligrosas por quienes, teniendo la responsabilidad de gestionar la sociedad:
-      Han preferido que todo siga igual,
-      Ahora se ven desbordados porque la realidad y los cambios se han impuesto,
-      Acusan a los nuevos de irresponsables cuando la irrupción de éstos es debida a que ellos, antes, no han gestionado debidamente sus propias responsabilidades.

5ª. En la empresa puede ocurrir algo parecido y de forma inesperada. Lo que acontezca mañana será el fruto de lo que hagamos hoy, del mismo modo que los despidos actuales son la consecuencia del deficiente hacer de ayer. La clave está en la profundidad con la que osemos rediseñar la empresa desde sus cimientos conceptuales. Sin asustarnos ante los dogmas, por enraizados que estén e inamovibles que parezcan.

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